El rendimiento de las actuales baterías de litio (Li-ion) o las de níquel (NiMH) se degrada de forma significativa cuando se cargan o descargan rápidamente. Reduciendo a una fina lámina el material activo en una batería, conseguimos que el proceso de carga y descarga se acelere, no obstante, también reducimos su capacidad de almacenamiento, que es proporcional al volumen de este material.
El equipo de Braun ha envuelto este material activo en una estructura 3D, consiguiendo ambos objetivos: alta capacidad de almacenamiento y una gran cantidad de corriente. Han demostrado que los electrodos de la batería pueden cargarse y descargarse en unos pocos segundos. Aproximadamente 10 o 100 veces más rápido que la actual tecnología.
Gracias a este nuevo descubrimiento podríamos cargar nuestro teléfono móvil en apenas unos segundos o nuestro portátil en unos minutos. El profesor Braun es particularmente optimista respecto al potencial de esta tecnología en los vehículos eléctricos:
Si tuviésemos la habilidad de cargar de forma rápida, en vez de emplear horas, las baterías de los vehículos, potencialmente obtendríamos vehículos que rellenen su energía en el mismo tiempo que se tarda en rellenar el depósito de gasolina. Simplemente llegaríamos a una estación de servicio y recargaríamos.
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